viernes, 5 de agosto de 2011

Presentación en la University of New York
en Buenos Aires

El lunes 1 de agosto a la noche tuvimos la alegría de poder reunir en un mismo evento al autor de La lengua que hablaban los próceres, José Luis Ramírez Luengo, y a una de las compiladoras de la obra Ars Longa, Marta Torres Martínez. Ambos jóvenes catedráticos españoles, por razones profesionales se encontraban en Buenos Aires, por lo que aprovechamos esta oportunidad para presentar nuestros primeros títulos de historia de la lengua en lo que resultó ser un encuentro amigable y muy informativo. El titular de la cátedra de Historia de la Lengua de la Universidad de Buenos Aires, Dr. José Luis Moure, dio comienzo a la presentación comentando ambos textos, lo que hizo a conciencia: detalló la arquitectura de cada obra y los méritos específicos de cada una, encomiable labor tratándose, en particular en el caso de Ars Longa, de una obra de casi mil páginas. El Dr. Moure destacó la rigurosidad de las contribuciones a pesar (si puede así decirse) de la corta edad de los investigadores, quienes superan apenas los treinta años. Su exposición fue tan rigurosa como crítica, polemizando en aquellas cuestiones de glotopolítica en las que, a su entender, existen otros ordenamientos posibles. Por ejemplo: ¿por qué establecer como una sección de un libro de historia del español "El español de América" cuando cuantitativa y geográficamente la particularidad atañe al español que se habla en España? ¿Acaso no debería ser al revés? Desde luego, esta pregunta no es inocente, dado que trae a discusión cuestiones relativas a las condiciones de producción académica y editorial en ambos países. Sobre este particular, la segunda expositora,  Marta Torres Martínez contó cómo se forman y trabajan los investigadores de la lengua en España, detallando la dinámica de lo que son verdaderos equipos transgeneracionales de investigadores, en donde los jóvenes aprenden investigando y publicando junto a sus mayores (Ars Longa es el resultado de la primera década de la Asociación de Jóvenes Investigadores e Historiadores de la Lengua). Resulta evidente que la masa crítica de investigadores, los aportes de las diferentes instancias públicas que financian estas investigaciones y una tradición renovada permanentemente no son una razones de poco peso a la hora de reconocer por qué en España se publica tanto y tan buen material sobre esta temática. El tercer expositor, José Luis Ramírez Luengo, por último, explicó cómo se gestó lo que es el primer libro de historia de la lengua dedicado al público en general sobre la forma en que se hablaba en la época de las Independencias.
Como editora del libro, agrego lo que dije en la presentación: que Próceres... fue un libro muy difícil de hacer, porque buscábamos que las explicaciones pudieran ser entendidas por personas no versadas en lingüística. Y que de la colaboración entre profesionales con tradiciones de escritura diferentes nace una suerte de conocimiento renovado: libros de historia de la lengua española escritos por académicos españoles, editados y diseñados en la Argentina.
Al cabo de tan sesudo contertulio, nos despachamos con un brindis y un cóctel muy festejado en la señorial sede de la Universidad de New York en Buenos Aires (¡nuevamente gracias, Silvia Luppino!).